El falafel es cada vez más popular entre los españoles debido, sobre todo, a la proliferación de tiendas y restaurantes especializados en cocina medio-oriental. Estas exquisitas albóndigas o croquetas de legumbres se consumen en todo el área del cercano y medio Oriente, así como también en Turquía, país de frontera entre el Asia Menor y Europa. La receta que se indica a continuación es del falafel o Taamia, versión egipcia de este plato, que se prepara con habas secas.
Ingredientes para el falafel (4 porciones)
- 250 gr. de habas secas.
- 1 cebolla.
- 1 diente de ajo.
- Perejil.
- Harina.
- Polvo para hornear.
- Comino.
- Sal (preferentemente marina).
- Aceite de oliva.
Elaboración del falafel
- Se pelan las habas desechando la capa gruesa que las protege y se dejan en remojo con agua durante unas seis horas. Luego se escurren bien.
- Se ponen en una batidora y se les añade la cebolla previamente pelada y troceada, un manojo de perejil, el diente de ajo sin piel, una cucharadita de comino en polvo, sal a gusto y una pizca de polvo para hornear.
- Una vez que la mezcla tenga consistencia de puré se vierte en un bol y se deja durante un rato en un lugar cálido para que aumente.
- Cuando esto ocurra, se le añade un par de cucharadas de harina que se mezclan bien con la pasta de habas y se van formando pequeñas bolitas (no mayores que el tamaño de una nuez grande cada una), y se vuelve a dejar que repose la preparación durante unos veinte minutos; luego las bolitas se pasan por harina.
- Freír y a la mesa
- En una sartén honda se pone a calentar aceite de oliva que debe alcanzar la temperatura exacta en que cuando echemos una miga de pan en el mismo comiencen a formarse en torno a ella unas burbujitas que indican que está a punto.
- Este grado de calor del aceite debe comprobarse siempre que se vaya a freír, ya que es aquel que cocina los alimentos de modo que queden tiernos por dentro a la vez que se forma una capa crujiente por fuera, sin que la grasa penetre en su interior.
- Se van echando las bolitas de falafel y, a medida que estén doradas, se recogen con espumadera para ir colocándolas sobre una bandeja o plato con papel absorbente para que escurra el aceite sobrante.
- Se sirven calientes en una bandeja sobre la que se hace un lecho con lechuga, escarola o cualquier verdura de hoja que se tome cruda y acompañados de una guarnición de Tahín o pasta de sésamo.
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