jueves, 16 de julio de 2009

El gurú de la cocina molecular presenta sus extraños platos Mirá las fotos los manjares que ofrece Ferran Adrià en su restaurante El Bulli


El gurú de la cocina molecular presenta sus extraños platos
Mirá las fotos los manjares que ofrece Ferran Adrià en su restaurante El Bulli y confesá, con la mano en el corazón: ¿vos lo comerías?

La cocina molecular es una suerte de gastronomía científica en la que se aplican datos de laboratorio para preparar platos sofisticadísimos. Tan sofisticados, que casi no parecen comida.

De hecho, la “deconstrucción”, que se basa en aislar los ingredentes de un plato tradicional y volver a construirlo de manera inusual, de tal modo que el aspecto y la textura sean completamente diferentes mientras que el sabor permanece inalterado, es una de las técnicas principales.



Para sacar tus propias conclusiones, mirá las imágenes de las especialidades que publicó la Revista Viva y contanos qué manjares elegirías si pudieras pagar la cuenta de "El Bulli". Por ejemplo:



¿Papel de algodón de azúcar con piñones tiernos o aire helado de parmesano con muesli?

¿Ñoquis de papa esféricos y consomé de papa asada o ravioles esféricos de arveja con arvejas a la menta?

¿Bizcocho de sésamo negro con guarnición de miso o aire de zanahoria con leche amarga de coco?

¿Spaghetti de parmesano de dos metros de largo cada uno o globos de agua de rosas con toques y sopa de lichis?

¿Papel de flores con pétalos del día o caracoles a la llauna cocidos en bandeja de lata?

¿Aire de miel con flores y pistachos o cúpula de gorgonzola con manzana, apio y nuez?

Para saber si comería las especialidades de El Bulli, habló con Martín Teitelbaum, periodista y conductor del programa "Al pie del carbón", que se emite los domingos a partir de las 12 por Radio Del Plata y donde todo gira alrededor de la parrilla y del asado.



"Si bien no es una tendencia que me interese demasiado, yo sí lo probaría porque creo que probar una cucharada de un líquido que tiene el mismo gusto que una milanesa es muy fuerte e interesante", dice Teitelbaum y lo compara con el día que venció el prejuicio y probó caracoles.



"No iría a El Bulli a hacer lo mismo que hago en cualquier otro restaurante: comer, iría a pasar por otro tipo de experiencia que no tiene que ver con alimentarse", señala, pero aclara que a ningún restaurante vamos exclusivamente a alimentarnos, sino a disfrutar del entorno, etc.



Planteado el interrogante acerca de si considera que estos extravagantes platos son o no comida, Teitelbaum aseguró: "Técnicamente es comida porque se hace con verdaderos alimentos y las proteínas y las vitaminas siguen estando presentes", explica el conductor de Al pie del carbón.



"Ir a El Bulli sería una oportunidad para descubrir algo nuevo, como cuando vas a una feria de ciencias. En este caso, es ciencia aplicada a la comida, que además la podés probar y eso está bueno", plantea.